viernes, 18 de octubre de 2013

Un toro negro y enorme

Iconos Nacionales: España
Tau Diseño
En 1957 el ilustrador Manolo Prieto Benítez formula su primera propuesta para las vallas de publicidad del coñac Veterano para la firma Osborne, a implantar en numerosos puntos de la geografía española; el 20 de agosto de 1988 entra en vigor la disposición legal que impone la retirada de cualquier elemento publicitario visible desde la zona de domino público de la carretera y, por tanto, también los toros dibujados, treinta años antes por Manolo Prieto. Ante esta posibilidad, son numerosas las voces del mundo de la cultura (y también de la subcultura) que reclaman la conservación de los toros de Osborne, entendiendo que los mismos forman parte inseparable ya de los paisajes del país. Un toro negro y enorme es una publicación que, casi a modo de manifiesto emblemático, desarrolla los argumentos básicos de aquella defensa.

El análisis de una propuesta gráfica puede ser independiente, al menos desde un plano estrictamente teórico, de los contenidos que se pretenden transmitir a través de ella, es decir, que la ética del mensaje transmitido no deben condicionar la bondad y la eficacia del proceso de comunicación. Sin embargo, los contenidos del libro que aquí se presenta, difícilmente pueden dejar indiferente al crítico y aún menos cuando esta temática forma parte de la galaxia del diseño, aunque sea entendida en un sentido relativamente amplio del concepto.
Desde su estricta condición de signo publicitario, el toro de Manolo Prieto es una de las propuestas más significativa de comunicación. publicitaria de nuestro país en los últimos cincuenta años. Resulta fácil la clasificación del astado de Osborne, aunque esta facilidad difícilmente pueda explicar su extraordinaria eficacia identificativa: el animal de Prieto forma parte de una selecta iconografía de siluetas recortadas en negro, cuyos honores comparte con el inquietante hombre de la capa de Sandeman o el estilizado flamenco de Tío Pepe. Por su implantación geográfica, debe ser adscrito a la singular fauna de la carretera, con representaciones tan distinguidas como las del simpático gordito de Michelin o el jinete del Nitrato de Chile.
Si los aspectos positivos que pesan en favor del toro de Osborne son innegables, también lo son los negativos, entre los que probablemente cabe referirse a la utilización tópica y oportunista a la que se ven constantemente sometidos los signos referidos  al mundo de los  toros y a los vocabularios famosos desde la bizetiana Carmen, pasando por la tendenciosa manipulación a la que se ven sometidas propuestas creativas tan sólidas como las de Picasso o Hemingway, hasta ciertos productos contemporáneos pretendidamente culturales, que recurren a determinados guiños semánticos con este mundo icónico, para conseguir así ciertos refrendos públicos.
Si las dudas y las interpretaciones que rodean al mundo del toro de Osborne son numerosas y controvertidas, no sucede lo mismo con su representación editorial; más que nunca, aquí se hace evidente que las presunciones éticas del mensaje transmitido no condicionan en absoluto la bondad intrínseca y la calidad de diseño de los mecanismos gráficos de comunicación.
El sumario de la publicación es diverso, heterogéneo y extenso, casi tanto como los colaboradores que han colaborado a la misma con sus aportaciones. En el capítulo 10 Diseñadores Gráficos y el Toro, se presenta una doble página en la que cada uno de los creativos convocados (Alberto Corazón, Ricardo Bermejo, Isidro Ferrer, Juan Gatti, Emilio Gil, Fernando Gutiérrez, Oscar Mariné, Javier Mariscal, Peret y Enric Satué), presentan su personal interpretación gráfica del toro de Osborne. Por el contrario, en el capítulo 11 Dibujantes y el Toro, la aportación de las once ilustraciones convocados (Alfredo, Cabañas, Cebrián, Peridis, y Ralf Steadman) se traduce en otras tantas viñetas gráficas.
Desde una consideración de orden gráfico cabe destacar otras destacadas aportaciones, como el reportaje fotográfico del diseñador Alberto Herencia sobre el taller de cerrajería en el que se construyen los toros o el relato ilustrado del pinto Javier de Juan.
La propuesta gráfica formulada por Tau diseño, consecuente sobre la diversidad de temas a abordar en la publicación y con el propio carácter de estos contenidos, se inclinan por una formula abierta y flexible, que rehúye de pautas rígidas y concepciones gráficas unitarias, para abordar cada tema y cada cuestión desde su propia y singular visión grafica, más ajustada a su características concretas. La unidad del conjunto de la publicación debe encontrarse así, desde el "estilo" general de la comunicación gráfica y no tanto desde la subordinación estricta  a una apuesta previamente pactada. Este tipo de formulación gráfica cuenta, cuando menos, con dos ilustres antecedentes: la revista CAU, cuyo número 0 aparece en marzo de 1970, editada por el Colegio de Aparejadores de Catalunya y Baleares y diseñada por Enric Satué y el libro Sol Solet, editado por Edicions del Eixample a partir del diseño de Comediants (primera edición diciembre de 1983; distinguido con el Laus del siguiente año.
La propuesta gráfica del libros e plantea para responder a un publicación de contenidos sumamente diversificados; es un libro mosaico, en el que se mezclan temas y tratamientos muy variados y humorísticos, reportajes fotográficos, mapas, poemas, etc. El desarrollo gráfico de la  publicación debía asumir esta gran diversidad resaltando por medio del diseño y los soportes materiales (diferentes papeles, tintas especiales de apoyo) el carácter específico donde cada artículo o de cada bloque, sin olvidar sin embargo que el libro debía ofrecer una identidad claramente unitaria.
Se buscó que el formato de la publicación tuviera el empaque y la contundencia de la propia valla sobre la que versa su contenido, y los materiales, colores y texturas  fueron seleccionados con al máxima meticulosidad, así como su coincidencia con los cambios de pliego, teniendo en cuenta la secuencia global del libro y los contenidos  específicos de cada artículo. El diseño general es muy variado, en función directa de lo que refleja cada artículo, con diferentes soluciones tipográficas y de diseño dependiendo de los contenidos que sucesivamente se van mostrando; uno de los escasos hilos conductores que se mantiene constantes a lo largo de la publicación es la familia tipográfica utilizada, la Didot LH Roman, en sus diferentes versiones.


 

 

 

 

Varias dobles páginas del libro


Etiqueta del Brandy de Jerez Veterano de la Casa Osborne


Tarjeta de invitación a la presentación del libro


Inicio artículo de Teófilo Marcos, pág. 74


Ilustración de Philip Stanton, pág. 35
 
Ilustración Alberto Corazón
 
 
Silueta de Oscar Mariné
 
 
Diseño de Oscar Mariné
 
Ilustración Javier Mariscal

Hay ese toro que siempre me estremecía al atardecer, con su negro contraluz. Y al despuntar el día, el Sol descubrió tu cara de ángel, con ojos de vaca qui rit.
Publicado en On Diseño Número 167, págs. 98-105