lunes, 14 de octubre de 2013

Bogotá imaginada

Homenaje a Gustavo Zalamea

Naufragio
El desastre, preocupación de lo ínfimo, soberanía de lo accidental. Yo no diría que el desastre es absoluto sino que va y viene, nómada, escribe Blanchot.


 

La escuela como marca
Gustavo Zalamea
En este artículo presento un proyecto realizado con alumnos del taller experimental VIII  en la Escuela de Artes Plásticas entre 2001 y 2005. A los estudiantes se les planteaba  el problema de sintetizar su idea de la Escuela en el marco de una forma predeterminada, el dibujo de su planta arquitectónica, utilizando modelos de pensamiento  tomados del proceso racional de diseño(elementos funcionales) combinados con una metodología de la improvisación, intuitiva, rizomática y desarrollada a propósito. Algunos trabajos resultaron excelentes: una selección fotográfica se presenta aquí, ya que muchas propuestas, como era natural, desbordaron los límites de la hoja y se desplegaron en el espacio, concretándose en objetos, en acciones y en registros electrónicos.
Se trataba de un problema conjugado entre el diseño gráfico, las artes plásticas  y la arquitectura, con una idea de formación con telón de fondo. Entiendo aquí la formación como una dimensión integral del ser que se edifica colectivamente en un diálogo constante.
La idea de escuela se vincula con el sentido de su primera acepción, que es un instrumento de aprehensión del mundo, un  instrumento de orientación (visión, audición, tacto, gusto olfato, por ejemplo), y en segunda, la comprensión fulgurante de una clave.
Si el logos es el principio de las ideas, el logotipo es un resumen gráfico, según el diccionario es un grupo de letras, abreviaturas, terminaciones o figuras que utilizan como símbolos o distintivo un partido político, una asociación, una marca.
Pregunta: ¿Podría  la escuela de artes plásticas tener un logotipo? ¿Podría  posicionarse como una marca. ”Podría dejar una marca en sus estudiantes”. Las respuestas transitan por diversas rutas: quizás una escuela de Artes  plásticas no podría tener un logotipo fijo, porque ningún símbolo contiene la diversidad de todas las ideas. Si se podría concebir, en cambio, una forma contenedora-eso es, en parte, lo que el proyecto  intenta-, capaz de transformase según su contenido.
Por otra parte, la escuela no podría  publicitarse como marca: sería extraño a su misión, parecería una perversión que una institución de educación pública confundiera estrategias pedagógicas con estrategias relativas al producto y al mercado. Y sin embargo… quizá la palabra posicionarse es bastante problemática en un contexto académico, pero tampoco puede descartarse en una situación de competencia en que la imagen de la escuela puede llegar a ser producida usada, vendida por una industria cultural U.N. llavero, fotografía, afiche, calendario, vaso, camiseta, pisapapeles, lámpara, bolígrafo); de la imagen habría que ir al diseño del producto, lo que plantearía nuevos problemas de “creación aplicada”.
Naturalmente el producto tiene que decir algo del fabricante mismo. De la identidad se va al imagen, de la imagen, a la comunicación, al diseño, a la cultura.
En otro orden ideas, la escuela deja (o debería dejar) una marca en sus estudiantes. ¿Cómo se podría definir a una marca? Como una señal que se pone (o que una personase coloca) para reconocerse: una herida. También un sello, una especie de marca registrada, a veces una marca de agua, transparente, solo visible a través de algún dispositivo especial.
Para ahondar en la idea de identidad sería útil revisar la filosofía de la Escuela que se encuentra en la práctica de los talleres “experimentales”. Formulados siempre de modo  diferentes y “abierto” por profesores de variopintas, personalidades procedencias, los talleres se definen por su actitud, por su voluntad construir un pensamiento en torno al objeto (propio de la modernidad) y al proceso de configuración de un entorno y de una experiencia que podría  considerarse ecológica (proceso propio de la contemporaneidad) .
En los talleres cuajan el reconocimiento y la valoración de la diversidad, en medio de conflictos de toda índole. Anoto aquí algunas accione s incluidas en la palabra proyecto, plan intención, empresa, designio. Proyectar es lanzar. Dirigir hacia adelante o a distancia, ver a futuro, intervenir en el tiempo, configurar, abrir y ampliar políticas de participación, posibilitar un pensamiento plural.
En el caso particular d este proyecto, diseño y designio se encuentran amalgamados: las imágenes diversas enmarcadas en una forma particular se vinculan a una política que busca construir un tejido de relaciones. La marca ideal tendría que ver con la ética, con la responsabilidad y con al solidaridad, inculcadas al estudiante a través de una conversación continua, leve, frágil, imaginativa, no autoritaria. Esa marca que deja la escuela en sus mejores estudiantes (en ocasiones se revela con cierto orgullo, en otras con cierta ironía) sería un distintivo propio que funciona dentro del territorio del afecto. En las imágenes escogidas se ve:
Una escuela recortada en una lengua conservada en formol, como un espécimen de laboratorio – relación gabinete de curiosidades, museo de ciencias naturales, museo de arte contemporáneo.
El pizarrón con huellas  de tiza borradas, ejercicio, intercambio profesor alumno, dibujo, huellas, lo duro y lo blando, lo efímero-.
Una intervención de la serie de apropiaciones –revisiones sobre la obra de otros artistas de la historia moderna y contemporánea. La plaqueta de laboratorio-el dispositivo, la sangre como material de examen, el virus. La caja de herramientas, que posibilita múltiples operaciones (se desplegó en el espacio de la exposición Portátil, 300 llaves de ajuste de diferentes medidas). La máscara para el baile, usada en el Primer Festival del Arte efímero (máscaras y sombreros E.A. P.), -sobre el rostro de Karen, la secretaria de la dirección. La escuela construida con naipes, pensando en Mallarmé y en Duchamp, puesta en escena del azar. La llave que abre puertas de la vida cotidiana (portátil). En un aviso clasificado, que alude a las ofertas   profesionales. En jabón y en masas de pan-limpieza y rituales de la comida. En punta de diamante-arte popular. Una matera donde crecen plantas  reales y artificiales-semillero.- Un diván para la producción de un  proyecto modular – prototipo para la industria- Un juguete de lego-armar, desarmar, reconstruir, deconstruir. Un mapa, la imagen gráfica de un territorio. Una placa de identificación animal, llevada por su dueño. Una línea, un dibujo en crecimiento como modelo proliferante, una escultura blanda del proyecto Insufflare, un sello del Darc, un grano de arroz, una pieza de ajedrez, un tic-tac, simulacros. Muchas miradas precisas, lucidas, ácidas, críticas.
 
 



 
Revista Artefacto 13, págs. 79-89
Publicación de la facultad de Artes
Universidad Nacional de Colombia